Hoy os hablaré de Fermín y Adela.

Entre los dos llegan a los 120 años y Fermín siempre suelta el chascarrillo entre lo que suman y el peso del matrimonio. Adela ya no le ríe la gracia. Pero se enternece.
Atrás quedaron las tardes en el paseo. Fermín queriendo avanzar, con sus grandes manos, con dedos gruesos, rollizos, rojizos, manoseando curvas y recovecos y Adela frenando por educación, por el debe ser, sofocada, ruborizada y por supuesto, excitada.
Atrás quedaron las noches en vela. La una cargada con el biberón. El otro haciendo encaje de bolillos con la nomina.
Los chicos se fueron.
La casa se quedó tranquila. Lejos de la jarana y la alegría de una casa con críos.
Adela quiere nietos. Quiere volver a sentirse útil, adorada, idolatrada y heroína.
Fermín quiere tranquilidad. Los chicos están bien, no se preocupa. Los nietos serian bienvenidos, pero sin angustias. Que ahora las relaciones no son como antes.
Sale pronto del trabajo. Le queda poco que amasar. Es panadero. Su frase favorita (con los compañeros, claro) es que lleva más años amasando que cascándosela.
El sexo con Adela es el único sexo que ha disfrutado. Salvo una extraña fricción con la vecina de enfrente, la madre de Carlitos, allá por sus años mozos.
Adela es grande, rotunda, prieta. Sus pechos son enormes y tentadores, pero la debilidad de Fermín es el culo, norme, duro y contundente de Adela.
Según llega de trabajar a medio día entra en la cocina, le da un azote y pregunta: «¿Qué hay de comer?»
Adela sonríe, coquetona: «dame un beso y te lo digo»
Fermín obedece, se besan, con cariño pero con las prisas de la rutina.
– «Tortilla de patatas»
– «Joder, Adelita, cuando te pones, te pones»







INGREDIENTES:
4 Patatas
4 huevos
4 cebolletas de dedo (una cebolla pequeña, sino)
Sal, aceite de oliva


ELABORACIÓN:
Limpiamos las cebolletas, las picamos y las pochamos en una sartén a fuego lento.
Por otro lado, pelamos, lavamos y cortamos las patatas.
En este caso las he rebanado finito, y las he frito en aceite (de oliva virgen extra) bravo, que queden tirando a crujientitas.
Dejamos escurriendo las patatas en un escurridor, mientras batimos los huevos.
Añadimos sal a los huevos.
Mezclamos la patata, con el huevo y la cebolleta.
Removemos hasta que la patata se empapa del huevo.
Calentamos la sartén en el fuego.
Doramos por un lado.
Damos la vuelta a la tortilla con ayuda de un plato.
Sellamos y emplatamos.


Reposada está buenísima.


Océanos de amor.





PD: Obligatorio cantar la canción con el brazo en cabestrillo sobre la frente.